miércoles, 26 de noviembre de 2014


“La Lectora”

 

María del Avaro pertenece a una familia adinerada que se encuentra en Zaragoza, España. Ella vive con sus dos padres: Jazmin Rojel y Roberto Avaro.

Cuando María tenía apenas 12 años su padre falleció, y desde entonces, su madre se ha vuelto estricta con los estudios y obligaciones de su hija. Ella quería que se concentre en su formación académica y en su futuro, pero a María sólo le gustaba leer siempre el mismo libro de poesía, siempre siente pasión al leerlo. María posee muy poca cantidad de libros y ese es, específicamente, su favorito.

Durante unos 3 años María siguió obsesionada con el mismo libro, tanto, que Jazmín (la madre) comenzó a preocuparse. María ya no tiene tantos amigos como antes, no le interesaba salir de la casa, ni siquiera para pasear, sólo quiere leer y leer poesía todo el día encerrada en su cuarto.

Llegó a tal punto esta obsesión, que Jazmín decidió enviar a su hija como pupila al Convento de Santa Lucía. No sólo para que se concentre y estudie, sino para que trate de hacer nuevas amigas.

-Esto es por tu propio bien-dice Jazmín antes de que María parta rumbo hacia el Convento-ya sabés que te amo mucho y sólo deseo que seas feliz.

-Deacuerdo Madre-contestó María-pero déjame conservar mi libro por favor

-sólo si prometes que harás otra cosa más que leer tu libro.

Y con esa promesa María parte rumbo al convento. Ella estaba teniendo una sensación ambigua entre tristeza, ya que estaría cinco años lejos de su casa, pero por otro lado estaría aliviada sin la presión de la madre diciéndole que no lea siempre el mismo libro.

Apenas llegó, pudo observar una edificación antigua que abarcaba una superficie extensa. Tenía una  forma rectangular en cuyo centro había un gran jardín que, notoriamente, se encontraba muy bien cuidado. Allí se podía encontrar todo tipo de flores, ya sean rosas, claveles, margaritas y jazmines. Estos últimos hacen que María cada día recuerde a su madre. Ella comenzaba a extrañarla y también empezaba a sentirse abandonada. Este pensamiento la abrumó y enojó de tal manera que la condujo a un comportamiento inadecuado. Se peleaba con sus profesores, solía tener conflictos con sus compañeras y no cumplía con sus tareas ni con sus responsabilidades dentro del Convento.

Se sentía tan enojada y triste que decidió dejar de comer, encerrarse en su cuarto y leer su libro de poesía, se diría, de manera enfermiza.

Las autoridades se preocuparon por el estado de salud de su alumna que se resistía a cambiar de actitud y recibir ayuda. Por este motivo, la vida en el convento, se tornó  insostenible para María, sus compañeras y sus profesores.

Por este motivo, sus encargadas decidieron comunicárselo a su madre, quien se preocupó y se angustió mucho, tanto que decidió viajar lo antes posible hacia el Una vez que Jazmín llegó al Convento, pudo hablar con su hija y entender lo que María sentía. Ella sentía una gran tristeza porque la extrañaba y en realidad quería estar con su madre, en su hogar.

Jazmín abrazó muy dulcemente a María que lloraba desconsoladamente. Le acarició el cabello y le pidió perdón por haberle causado tanta angustia.

Finalmente las dos volvieron a su hogar, pero antes ambas habían llegado a un acuerdo propuesto por la madre, que consistía en que no le prohibiría leer el libro que tanto le apasionaba a su hija siempre y cuando se hiciera tiempo para vivir su vida, y leer otros autores relacionados a la poesía.

A María le agradó la propuesta y aceptó gustosamente.

Con el tiempo María se volvió una famosa poetisa incrementando de esa forma su vida social, y así su felicidad.

                                                                   FIN.

 

 

 

Reflexión sobre “Cuento Realista “

Nuestra tarea era crear un cuento en grupo, a partir de una pintura. A mi grupo nos fue asignado la pintura llamada “La Lectora”.

Es una experiencia nueva para mi, y no fue muy agradable para para mi opinión, ya que nos peleamos entre los integrantes del grupo, por ese motivo el grupo se tuvo que separar en dos.  No creo que haya participado lo suficiente, pero tampoco creo que lo hicieran los demás.

 Nos costó mucho llegar a los pocos acuerdos que tuvimos para llegar al producto final, sin embargo lo logramos, aunque tardamos demasiado. Fui solidario con mis ideas ya que cada cosa que se me ocurría la decía al grupo, y también apoye las ideas de mis compañeros.

 Me gusto el producto al que llegamos, aunque no me quede satisfecho con el proceso.

 

Uno de los problemas que se me aparecieron fue lo de la separación del grupo, y otro fue el bloqueo mental a la hora de escribir, pero por suerte pudimos resolver todos los problemas, respecto a la separación, nos dividimos en dos dentro de un solo grupo, y sobre el bloqueo, simplemente las ideas comenzaron a fluir.

 

Escribir una anécdota no es lo mismo que escribir un cuento, ya que una anécdota es algo que te paso y es más fácil de contar, en cambio un cuento es algo inventado, que requiere imaginación.

Las investigaciones cumplen el papel de saber cosas sobre lo que vas a escribir en un cuento realista, y seguir con el rumbo de la historia.

Corregí algunas oraciones e hice la última parte del cuento, y creo que podría haber participado más.

 

Creo que para no caer en los mismos errores tendría que tomarme más tiempo para pensar y para escribir.


“La lectora” (1987) de Isabel  Guerra (España, 1947- )

lunes, 17 de noviembre de 2014

Noche De Verano

Noche De Verano
 
 
Esa noche de verano
yo miraba hacia la luna,
y mientras la admiraba
brillaba como ninguna