viernes, 23 de septiembre de 2016

El Diario de Medusa

El Diario de Medusa

Querido Diario: Recuerdo cuando las personas podían verme sin temor, extraño eso, que me hablen mirándome a los  ojos. Todo eso se acabó por los celos de Atenea, esa chica debe madurar.

Ya no puedo jugar con nadie a ver quién aguanta más sin parpadear, o sin mirar a otro lado. Bueno… en realidad lo hago, pero… resisten demasiado, debe ser porque son muy competitivos, aunque también puede ser por ese problemita de la mirada que convierte en piedra.

Ayer caminaba por el centro y percibí que estaban construyendo unos pilares. Me dirigí allí a propósito. Es que me encanta seguir escuchando piropos cuando paso caminando por al lado de las obras en construcción. Efectivamente los fuertes albañiles mencionaron con poca sutileza mis atractivas curvas. Pero cuando volteé a ver el rostro de aquellos poetas urbanos, de inmediato, se hicieron parte de la construcción y pasaron a ser las estatuas más realistas del momento.

De todos modos, lo peor de mi “transformación” es que ahora tengo dieciséis bocas más que alimentar. Estas serpientes sólo comen del balanceado, creí que ya era suficiente con lidiar con el fastidioso Poseidón, quien sigue parado en la sala de estar mi morada. Lo petrifiqué… Es muy pesado para moverlo, simplemente lo pinté y aproveché su postura para utilizarlo de perchero.

Sin embargo, algo bueno pasó hoy: un chico nuevo en la ciudad me invitó a beber vino y comer lo de siempre… carne de oveja con diversos tubérculos. El nombre del joven es Perseo. ¡Estoy tan emocionada! ¡Es increíble que todavía haya gente que no se fije sólo en el exterior!

Creo que eso es todo por hoy. Hasta mañana si Zeus quiere.



Medusa

3 comentarios:

  1. Muy bueno, Facundo! Excelente sentido del humor!

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  2. Facundo, no está publicada la actividad de bosques nativos

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  3. No se encuentra publicada la actividad en el blog correspondiente al cuadro de ambientes de Argentina

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